Agradecimiento

... La FCT es más que una simple terminal de aeropuerto. Es una obra maestra arquitectónica, diseñada en exclusiva para clientes de First Class y HON Circle, y concebida para elevar el estándar del servicio a un nivel sin precedentes. La FCT, que tiene la atmósfera de un hotel boutique, cuenta con un restaurante y un bar, así como con sus propios controles de seguridad y pasaportes. Sin embargo, lo más destacado es el servicio de limusina que lleva directamente al avión. Es un servicio inigualable, que ejemplifica la atención al detalle de Lufthansa y su aspiración de brindar una experiencia de viaje impecable para sus clientes. Aún recuerdo con claridad mi encuentro con el entonces director de Lufthansa Passage, que tuvo un papel clave en el desarrollo del HON Circle. Su visión dio forma a uno de los programas de fidelización más codiciados del sector de la aviación.

El 2004 fue muy especial para mí. Ese año, mi socio y yo abrimos Cocoon Club en Frankfurt, un espacio visionario que fusionaba la música, el diseño y la alta cocina, con dos restaurantes excepcionales: Silk, galardonado con una estrella Michelin, y Micro. La sinergia entre mi mundo y el de Lufthansa fue mucho más allá del lanzamiento de la FCT. Organizamos eventos de Lufthansa Passage en Cocoon Club y, durante dos años, mi socio, el reconocido chef Mario Lohninger, deleitó a los pasajeros de Business y First Class de Lufthansa con sus creaciones culinarias. Algunas de mis recopilaciones de mezclas también se incluyeron en el programa de entretenimiento a bordo de Lufthansa, al igual que mi último álbum, Catharsis, lanzado en 2022.

El HON Circle no se centra solo en lounges de lujo y un servicio impecable, sino también en las relaciones que se forjan a lo largo del camino. Uno de los aspectos más agradables de este programa es el toque personal. Después de un vuelo de larga distancia, especialmente si se trata de un país con requisitos de entrada complicados, siempre es un alivio que el personal del HON Circle le reciba, le acompañe en el control de pasaportes y se asegure de que su equipaje esté listo y esperándole. Admito que esto no siempre ocurre, pero cuando sucede, veo con claridad por qué la fidelización es tan importante.

Mis viajes me llevan por todo el mundo y me conectan con amantes de la música en todos los rincones del planeta. Estar de gira siempre es emocionante, pero también es agotador. En este sentido, es una verdadera suerte contar con el centro de atención al cliente HON Circle, ya que ayuda a aliviar los momentos más estresantes. A lo largo de los años, he forjado conexiones únicas con personas de la tripulación de Lufthansa y a menudo las invito a mis eventos, ya sea en San Francisco, Tokio, Buenos Aires, Bogotá o Ciudad de México. Estas amistades han traído una alegría inesperada a mis viajes y han transformado vuelos rutinarios en momentos de fraternidad y experiencias compartidas.

La grulla de Lufthansa simboliza sabiduría, buena fortuna y lealtad, valores que también son muy importantes para mí. La fidelidad tiene recompensa y el HON Circle es mucho más que un producto. Es también una prueba de las conexiones que formamos y de que una atención excepcional trasciende el lujo. La clave son las relaciones humanas. Por eso me enorgullece ser un HON Circle Member de 5 estrellas».

... The memories of the past few years weighed heavily on my mind. The pandemic had turned our world upside down, and the airline industry, once a symbol of freedom and connection, had been grounded to a halt. Lufthansa, along with countless other airlines, faced insurmountable challenges. The news reports were filled with numbers—flights canceled, staff laid off, and a sense of uncertainty that cloaked the travel world. As I gazed out of the window at the clouds drifting by, I recalled hearing stories of the dedicated Lufthansa staff who, even amid chaos, fought to keep the spirit of travel alive. I thought about the flight attendants who smiled through their masks, the pilots who adjusted to new protocols, and the countless workers who managed logistics in the shadows. Their resilience inspired me, yet I couldn’t help but feel the weight of their struggles as if we all shared the burden of those dark days together. Every flight I took pre-pandemic had been filled with laughter, adventure, and the thrill of exploring new horizons. The sorrow of longing for those moments filled the cabin, each sentimental memory surfacing like waves pushing against the shore. I remembered my last flight before the world changed—people hurrying through terminals, excitement palpable in the air, the anticipation of arrival. But then, the abrupt stillness, the silence that followed the storm. The announcement from the captain jolted me back to reality. “Welcome aboard, everyone. We are thrilled to be flying once again.” A wave of relief washed over me. This wasn’t just a flight; it was a testament to resilience. The very act of flying represented hope—hope for the airline industry, hope for the staff who had endured so much, and hope for travelers like me who had dreamed of this moment. As we climbed higher into the sky, I took a moment to breathe. There was a sense of unity among my fellow passengers—each of us had our own journey, our own stories of loss, longing, and rediscovery. We were all there to reclaim our love for travel, to embrace the world again, and to connect not just with places, but with one another. With every mile we traveled, my heart began to feel lighter. I realized that while the shadows of the past were always there, they did not have to define our future. I looked around the cabin, and for the first time since the pandemic started, I saw smiles peeking out from behind masks, eyes shining with anticipation. It felt as if we were all part of a new beginning—a bittersweet symphony of emotions intertwining with hope and nostalgia. As we flew over the vast ocean, the sun began to set, painting the sky with hues of orange and pink. In that moment, I felt gratitude wash over me—for the flight attendants who had worked tirelessly, for the pilots who steered us towards new horizons, and for the opportunity to fly again. The turbulence of the previous years had refined our spirits, and now we were ready to soar once more. Arriving at my destination, I disembarked with a sense of accomplishment. Despite the obstacles that had marred the journey, I felt reborn in this shared experience, surrounded by the resilient spirit of the Lufthansa family and my fellow travelers. I embraced the uncertainty of the future, knowing that the skies ahead would be filled with endless possibilities and stories waiting to be written."

... BEBIDA: cuando vuelo, me encanta tomar té negro con limón. De hecho, todo el mundo lo sabe y ya me lo sirven directamente. Es genial que la tripulación se acuerde. ¡Qué atención tan increíble! EN EL AEROPUERTO: siempre sonrío cuando pienso en Chicago y en cómo un miembro del personal del HON Circle me acompaña en el control de seguridad. Es un hombre encantador que conoce a todo el mundo, nunca pierde la calma y me guía en todo. ¡Qué servicio tan increíble! Gracias. CONTINUIDAD: es maravilloso ver las misma caras conocidas una y otra vez a lo largo de los años, tanto en tierra como en el aire. El rostro de SWISS es esa sonrisa que se te dibuja al reencontrarte con compañeros, tanto en tierra como en el aire. Es simplemente genial. CORONAVIRUS: volar en la época del primer confinamiento fue muy raro, al igual que durante todo 2020 y 2021. A menudo, la tripulación a bordo no sabía qué iba a pasar, así que terminábamos ayudándonos mutuamente :-) CURIOSIDAD: viajaba en un vuelo donde conocía a algunos miembros de la tripulación. Nos saludamos, y luego el piloto se acercó y me saludó también. En ese momento, la persona a mi lado se giró y me preguntó: “¿Es usted una persona VIP?”. Sonreí y le dije: “No, solo soy una persona más del equipo”. Como HON Circle Member, me siento como uno más y es un honor para mí tener la oportunidad de conocer a tanta gente encantadora en SWISS».

... Algunas de mis experiencias más preciadas se deben a la amabilidad del personal, desde la tripulación de cabina y el equipo de las lounges hasta los empleados del servicio de atención telefónica. En particular, destacan dos momentos. El primero ocurrió hace poco, mientras embarcaba en mi vuelo de vuelta desde Singapur, con la misma tripulación que en el viaje de ida. Me dieron una bienvenida tan cálida, que realmente sentí que estaban encantados de volver a verme. Como HON Circle Member, paso muchísimas horas en aviones. Es maravilloso que me reciban, me atiendan con tanta amabilidad y me hagan sentir como en casa. De hecho, a veces siento que el avión es como mi segundo hogar. El otro momento ocurrió justo después de los confinamientos por el coronavirus. Tras aterrizar en MUC y desembarcar en la pista, una empleada del servicio de limusina me recibió y me dijo: “Es un placer volver a verle después de tanto tiempo”. Ahí me di cuenta de que no era un número más en el sistema y sentí que me apreciaban sinceramente. Me gustaría darles las gracias a todos los empleados de Star Alliance por su fantástica atención y por las agradables horas que hemos pasado juntos. Espero que haya muchas más. ¡Hasta pronto!».

... Me gustaría compartir dos momentos especiales que tuve el placer de vivir recientemente. En dos ocasiones distintas me dormí durante el vuelo de MUC a FRA, que, pese a ser corto, era muy temprano. En ambas ocasiones, el sobrecargo quiso darme la bienvenida a bordo como HON Circle Member, pero siempre me encontraba echando una cabezadita. Como no quería quedarse sin saludarme, me dejó una nota encantadora. Es maravilloso sentir que te aprecian de verdad y que los sobrecargos se tomen la molestia de escribir unas palabras amables en una servilleta y colgarla en el asiento delantero. Me encantó despertarme y ver los mensajes. Por eso solo vuelo con Lufthansa: por el servicio y la gente que lo brinda».

... Made a 10 minute connection once at Zurich (inbound on Swiss from Miami, and outbound on Lufthansa inbound from Denver, outbound to Zurich). Wonderful, and many thanks to all who made my life smoother and less stressful."

... En lugar de una cena elegante, a veces solo me apetece tomar un aperitivo sencillo antes de echarme una siesta. Cuando la tripulación te reconoce, recuerda tus preferencias de vuelos anteriores y te ofrece una salchicha sin que tú la pidas, te sientes como si estuvieras en casa. Gracias a todas las tripulaciones que me han servido salchichas vienesas a lo largo de los años y a todas las que me han preparado aperitivos (p. ej., un sándwich de carne, una minihamburguesa, etc.)».

... I originally thought, it was just about a friendly chat and not more behind it. But when I boarded the flight back to Germany she directly greeted me with a "Welcome back!" and on my seat was one of the refreshment towel packagings placed, which had a handwritten text on it "Welcome back" with my name on it. I never before and never after experienced this and I still have this packaging and really appreciate this."

... Con el tiempo, M. ha conocido a mi esposa y a mi hija, que vive en Boston. M. también nos ha contado muchas cosas sobre sus familiares en Estados Unidos y en Brasil, su país de origen. Nos maravilla la cautivadora personalidad de M. Lo cierto es que la First Class Lounge en Boston es bastante pequeña y estrecha, pero la presencia de M. hace que cada visita sea una experiencia positiva y acogedora. Lo que quiero decir es que conocer a personas tan magníficas durante mis viajes hace que pertenecer al HON Circle genere una verdadera fidelización».

... Ya casi estaba dentro de la lounge cuando me llamó alegremente: “Disculpe, Sr. K. La HON Circle Lounge está a la izquierda”. Seguí sus indicaciones y, justo donde me dijo, vi una discreta puerta corredera empotrada en la pared. He recorrido a toda prisa los interminables pasillos del aeropuerto de Frankfurt un sinfín de veces a lo largo de las últimas décadas y he pasado mucho tiempo en varias lounges, pero no me había fijado en esa puerta ni una sola vez. La puerta se abrió con suavidad y tras ella me recibió una anfitriona extremadamente amable que me saludó como a un viejo amigo, aunque no nos conocíamos. Sonrió mientras tomaba mi móvil para escanear mi tarjeta de embarque. “Ah, Münster Osnabrück. ¡Qué bonito! El avión está en una zona de estacionamiento remoto. Su coche lo llevará directamente allí unos treinta minutos antes del despegue. Le llamaremos cuando llegue su chófer. Disfrute de su estancia”. ¡Volar así es un placer! No tengo que hacer una cola eterna en la puerta de embarque, ni esperar en un autobús abarrotado aparcado en la pista derritiéndome de calor hasta que el personal dé luz verde al conductor para abrir las puertas, ni abrirme paso a codazos entre una vorágine de viajeros sudorosos para subir a bordo del avión. Tampoco tengo que desafiar a los elementos y estar entre una multitud bajo una lluvia torrencial, deseando que la cola avance por fin y rezando para que no haya un pasajero que lo retrase todo porque se ha confundido de número de asiento. En cambio, tomo el ascensor directamente desde la lounge hasta la planta baja, desde donde me llevan de inmediato al avión en un Porsche Cayenne y puedo tomarme mi tiempo para subir a bordo. En resumen, ya no tengo que lidiar con los problemas triviales del embarque. En su lugar, espero en una lounge decorada con buen gusto y prácticamente vacía, donde puedo elegir entre pedir un cóctel en elegante bar, cenar a la carta en el restaurante o retirarme a la Cigar Lounge con una copa de coñac. Todo es gratis, aunque mi empresa lo paga indirectamente, por supuesto. Me asignaron un puesto que me ha convertido en una persona nómada moderna y les obliga a cubrir el exorbitante coste de mis billetes de avión. No obstante, de alguna manera, creo que me he ganado este nivel de comodidad. Una vez leí en la carta de bienvenida de Lufthansa: “De media, un HON Circle Member pasa cada cuatro días al año a bordo con nosotros, lo que equivale a volar a la Luna casi cuatro veces”. Esta introducción al mundo de los HON Circle Members me resultó un tanto abrumadora. En este punto, lamento no fumar, porque imagino que sería genial recostarme en un sillón de piel en la Cigar Lounge, disfrutar de una copa de brandy, hacer anillos de humo y reflexionar sobre cómo cambian los tiempos. En cambio, opto por un cómodo sillón de lectura junto a la ventana, desde donde puedo observar el aeródromo. Ya me había acostumbrado a que el sobrecargo me recibiera personalmente cuando era Senator, un ritual que ninguno de los dos disfrutábamos. Sin embargo, los sobrecargos tienen que seguir ciertas instrucciones y yo soy una persona educada que es consciente de ello, así que simplemente sonrío y me lo tomo con calma. Cuando me convertí en HON Circle Member, todo adquirió una dimensión completamente nueva. Hace poco, mi vuelo de Ámsterdam a Frankfurt se retrasó y me preocupaba perder mi conexión a Übersee. Justo antes de aterrizar, el sobrecargo se me acercó con una mirada triste y me entregó una copia impresa de un mensaje de la oficina central: “Debido a los controles de seguridad adicionales relacionados con los viajes a EE. UU., no podremos ofrecerle al Sr. K. un traslado directo a su vuelo de conexión. Le pedimos disculpas por las molestias.” Este gesto demuestra mucha atención, sobre todo para una empresa tan grande. Mis billetes deben generar unas ganancias astronómicas. Luego todo fue bastante caótico, pero finalmente logré tomar mi vuelo. Cuando subí al avión y mencioné mi número de asiento, el 1H, la auxiliar de vuelo reaccionó con muchísima alegría: “Sr, K., ¡qué bien que haya llegado a tiempo! Siento mucho el retraso de su vuelo de esta mañana desde Ámsterdam. ¿Hay algo en particular que pueda hacer por usted?” Aparte de que su comentario me pareciera una insinuación, la supervisión constante me hizo sentir de repente como un concursante del reality show “The Circle”. Llama la atención que este status también se llame “HON Circle”. Recuerdo otro momento en un viaje a Dallas: llegué tarde a la puerta de embarque para mi vuelo de vuelta y me puse en fila detrás de la multitud de pasajeros. Un empleado de Lufthansa avanzó por las filas y revisó las tarjetas de embarque de todos los allí presentes. Al ver las letras mágicas en mi tarjeta, dijo: “Por favor, señor, sígame”. En la barrera, me dejó en manos de un compañero, que saltó de alegría y exclamó: “¡Por fin le localizamos! Estábamos empezando a preocuparnos, porque no le encontrábamos en ninguna parte de la lounge”. Sentí el impulso de preguntar qué peligros podrían acecharme en el área de seguridad del aeropuerto para que estuviera tan preocupado por mí, pero me contuve y me limité a seguirle. Me condujo directamente a la puerta del avión, pasando por delante de unos veinte pasajeros en silla de ruedas. Como mi escala había sido de solo 48 horas, el avión contaba con la misma tripulación que el trayecto de ida. Sin embargo, tuve que soportar una breve espera debido a un proceso de mantenimiento. El sobrecargo estaba trasteando con algo en la puerta, pero al verme, se acercó apresuradamente y me saludó por mi nombre: “Es un placer volver a darle la bienvenida a bordo”. Un poco nervioso, me explicó que había un problema técnico. “No es nada grave”, me tranquilizó, antes de disculparse varias veces por la espera que tenía por delante. Cuando por fin se solucionó, me siguió como una sombra y me ayudó a guardar mi maleta como si fuera una señora mayor. Para entonces, ya empezaba a extrañar el anonimato de un pasajero normal. Desde que me convertí en HON Circle Member, me gusta usar la First Class Terminal del Aeropuerto de Frankfurt, ubicada en un edificio separado de la terminal principal. Lo mejor es que el trayecto en taxi son menos de 30 metros y que la lounge cuenta con sus propios controles de seguridad y pasaportes. Disfruto del ambiente sofisticado de la lounge, que me recuerda a un resort de lujo. La sensación de exclusividad comienza nada más bajar del taxi: una amable mujer te recibe con una sonrisa y una charla informal, luego te pide el pasaporte y se lo lleva. En mi primera visita, esto me molestó un poco. Como viajero, mi pasaporte es mi posesión más sagrada y perderlo sería una tragedia. Por supuesto, ahora sé que mientras me relajo en la lounge, los controles de pasaporte se llevan a cabo discretamente en segundo plano. Por lo tanto, cuando me subí al Cayenne, la agente de aduanas simplemente echó un vistazo rápido a mi foto para verificar mi identidad y me devolvió el pasaporte. Antes de eso, la empleada de Lufthansa me acompañó durante el breve trayecto hasta un control de seguridad sin colas ni personal malhumorado. Estoy bajo su cuidado, como suele ocurrir con los menores de edad que no van acompañados. Espera mientras paso el control de seguridad y me lleva a la lounge, donde ya había varias personas en la barra bebiendo whisky, a pesar de que solo eran las siete de la mañana. Esto me motivó a escribir al centro de atención al cliente especializado para conocer los detalles del servicio que prestan a los HON Circle Members. Para mi sorpresa, poco después recibí una llamada y el problema se resolvió rápidamente. Cuando me quejé de que no encontraba el número de la línea directa de HON en la página web, me dijeron que no aparecía en ninguna parte para garantizar que solo lo usaran los HON Circle Members. Lo anoté y empecé a reflexionar: la parte “Circle” del nombre, igual que un libro sobre vigilancia total, puertas ocultas que conducen a lounges exclusivas, supervisión constante y números de teléfono secretos que solo se transmiten de boca a boca, una etiqueta de equipaje especial como símbolo de reconocimiento… ¿Sigo siendo cliente de una compañía aérea o me he unido a una sociedad secreta?».

... Las experiencias positivas que he tenido con el HON Circle son innumerables y abarcan todas las facetas de la magnífica experiencia de viaje que ofrece Lufthansa Group. El concepto es realmente fantástico y convierte los viajes de negocios en una experiencia placentera, desde el servicio de limusina de First Class y el acceso a las First Class Lounges de Lufthansa hasta la experiencia general a bordo de los aviones de Lufthansa Group. Agradezco realmente la oportunidad de disfrutar de un concepto así de excelente. Gracias. La única pequeña mejora que me gustaría sugerir sería la opción de que los HON Circle Members puedan usar eVouchers o millas para reservar upgrades. Creo que la confirmación de upgrades suele tardar demasiado en llegar. Espero que Lufthansa continúe con el HON Circle, dado que es un concepto que realmente fomenta la fidelidad de los clientes. Gracias de nuevo por todas las maravillosas experiencias que he vivido con el HON Circle de Lufthansa.

Con mis mejores deseos de parte de alguien muy satisfecho con Lufthansa, H».

... The expression of the attitude towards the passenger comes mainly during business trips, when every minute means something to you. Pampering yourself in the lounge at the airport, where you can catch up on your emails, and driving to the plane are definitely the icing on the cake that your service offers. In addition to the wide selection, the friendly staff who welcome you both in the lounge and on the plane play a big role. I remember the situation (we were parked outside) when the flight attendant came to the gentleman next to me in a suit and tie (I was in jeans) and told him that a car was waiting for him outside. He said he wasn't expecting any cars and the stewardess jumped up and looked at the passenger list and realized she was wrong. She apologized and the lesson of the story is DON'T JUDGE A MAN BY THEIR CLOTHES."